jueves, 9 de agosto de 2012

COINCIDENCIAS COMUNES



Después de varios chapuzones en la playa, unos  cortos, otros más extensos  se han pasado unos días de verano, con  el resultado de  que se han cargado las pilas y, dispuesto   a esperar que venga el próximo verano,  con las notas que Dios nos tenga preparado.
Los otros días, como de costumbre, por la mañana  con la fresquita ,salgo  andar con mi perrilla Lali, unos días al  parque del Vivero,otros al Humilladero, pasando el semáforo  de la rotonda  de la Catedral, me encontré con un amigo y compañero  de trabajo, de esos que se dice que hay que guardar como oro en paño, hacía bastante tiempo  que el destino nos había separado  y, no había  existido  la oportunidad   de vernos ,aunque si saludarnos telefónicamente, la alegría fue mutua, aunque el llevaba el camino de  las pistas del polideportivo, le invité a que se volviera y se viniese  conmigo al Humilladero y, así, respirar el aire de la vega y, sentir el placer de contemplar el  paisaje de Guadix, desde ese punto tan estratégico como es  la Ermita. Como el camino era largo, fuimos recordando algunos momentos que juntos hemos vivido,  ya que nuestra amistad remanece de la niñez y, después compañeros de la misma promoción de Practicas de Ferrocarriles,  le pregunté  por un amigo que teníamos en  común, que para él, era como un hermano,  le costó  trabajo decirme lo que le había sucedido. Este mes de Julio habían quedado los dos en pasar una semana en su piso de Almería, que lo tiene cerrado, comentandome  como le sienta  mal el clima de la playa y, aquí en Guadix se siente mucho mejor sobretodo  en verano.
Pues a mediados de mes,   se reúnen las dos familias en Almería, y por simples palabras, que habían mantenido las esposas por los niños y, pequeños roces de no sentirse bien,  decide marcharse al otro día  de llegar la familia que había venido de Madrid. El se encontraba muy afectado y, dolido, ya que su amistad siempre fue muy sincera y, era una persona que lo sabía todo de él; como habían comprado los víveres necesarios, para la estancia prevista, decidió quedarse, en contra de su voluntad y, lo peor como me decía  es, que por culpa de sus parejas,  ha perdido  a un amigo en el que a lo largo del tiempo  habían consolida una gran empatía.
Le comprendí perfectamente conociendo ambas familias, máximo  habiendo tenido yo, una experiencia similar, que a Dios gracias, se va superando con el  paso del tiempo. Pero no cabe duda  que llegar hasta  ese punto,  es por que existe entre amig@ una lealtad y confidencialidad, que los cónyuges deben de estar a su altura, y ser fiel a esa  amistad, que por las circunstancias que concurren, los dos amigos íntimos, han decidido pasar unos días en familia y, se debe de ir preparados tanto para pasar unos días de alegría, como si hay que compartir tristezas, pilares básicos de los valores entre amigos.  


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