Hoy que me siento
relajado, estoy recordando como hace años dejé de escribir en mi blogs, sinceramente
no se en estos momentos que relato voy hacer, esta actividad la he nido
olvidada, y creo que a pesar de mis
obligaciones, puedo hacer un hueco para este espacio al que añoro de tiempos
pasados y, al mismo tiempo ayudar a que mis neuronas, funcionen a través de
esta ventana, donde asomarme es un placer para compartir momentos de alegrías,
de tristeza y soledad.
Recuerdo el jardín tan
grande que tenía cuando con mis treinta y tres años me vine a vivir a la casa
que habito, “digo grande,” porque lo cuidaba
y los días de descanso, eran dedicados para él, dándome un lote de
trabajo de aquí te espero, lo cual visto desde hoy la agilidad con que lo
llevaba, y al mismo tiempo otras actividades artesanales, que disfrutaba con
todo ello. A través del tiempo transcurrido, el jardín lo fui reduciendo, y las
otras actividades completamente olvidadas. Tenía cantidad de plantas, unas
compradas otras regaladas de amigos, que tenían plantaciones, sin lugar a dudas
todas las flores me encantan, pero sobre todo la preferida, es la rosa, siempre
ha sido mi atracción, es elegante
cortarla y ofrecérsela a una amiga o a un amigo, por la fragancia tan exquisita
que desprende. Más tarde he descubierto, ¿él porque me atrae tanto? Cuando en realidad
hay variedades, todas preciosas de distintos colores. Y es que la rosa sea de color que sea,
representa la vida, tiene sus pétalos de
colores, como esos días bonitos de primavera
u otoño, a la distancia puedes oler el perfume y hacerte
recordar el aliento, de aquella persona
que en un momento determinado compartiste ese olor, que lo tendrás
presente toda la vida, Sus espinas, a
veces duelen tanto, que desaparecido el dolor y curado plenamente aun así,
dejan huella. Es decir como la vida misma.
Continuando con el paralelismo, entre la cantidad de nombres bonitos que hay
en la Biblia en “El Antiguo Testamento”
y “El Nuevo Testamento” más los nombres
modernos que se ponen ahora de telenovelas, también de animales que se
están utilizando para personas. Diría
quizás, por la tradición, quizás, por la convivencia que tuve en mi infancia, cuando
iba a “la Miga” un lugar donde nos llevaban nuestros padres, por unas escasas
monedas al día, nos encontrábamos como hoy en las guarderías, más o menos
estábamos revueltos niños y, niñas, coincidía en aquellos años que la mayoría
se llamaban María. Este nombre me gusta mucho siendo mi preferido, siento que
está muy relacionado con la familia, con el amor, con el alma, con la
esperanza, llamada la estrella de mar, ya
que María, es una reflexión de la vida, asociada genéticamente a la Virgen
María, madre de Jesús, considerándola mujer de talento, con capacidad
suficiente para resolver los problemas que nos presenta la vida. Y como todo en
esta vida, tiene sus excepciones. Aun así, el nombre es hermoso, como el
recuerdo.
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