Después de un largo paréntesis, que por circunstancias varias, no he tenido oportunidad, ni deseos de escribir en el blogs, hoy que parece que se ha dado fin a los chupones de hielo colgando de los tejados, a las tuberías del agua reventadas, al hielo en las aceras, y carreteras, así como para resguardarse del frio, llevar las capas de ropa en modo cebolla, ante la subida de las temperaturas y el día que ha hecho de sol, parece ser que la ola de frio siberiano nos ha dejado, circunstancia esta, que me levanta el optimismo, y dedico un poco tiempo a estos menesteres, que tengo echado en el olvido.
Como es costumbre mía, todas las noches salgo andar, y el martes 14 por cierto un día de los grandes de frio, pasé por el Teatro Antonio Mira de Amezcua, y con motivo de las proyecciones del ciclo de cine en valores en Guadix, observé como era mucha la gente que se metía en el y, sin esperarlo me metí también, mi gran sorpresa fue, que echaban una película que tenía mucho interés en ver, LA VIDA ES BELLA. Intencionadamente estuve el día 16 que se proyectó el TREN DE LA VIDA y, las dos me gustaron mucho, fueron presentadas por el sacerdote D. Manuel Amezcua, el que hizo un breve relato de las mismas, al mismo tiempo nos gasto una broma como el acostumbra, llamándonos a los allí presentes, héroes por no tenerle miedo al frio.
Mientras las veía, corría por mi mente que en el fondo de ello sucedía en la segunda guerra mundial y, de niño no tenía el menor recuerdo, de haber oído de los mayores, una mínima expresión del conflicto.
La Vida es Bella, me gusto mas, un drama que arranca en la Italia de Mussoline Dora que profesa la religión católica y Guido un joven judío que se enamora locamente de ella, y esta se encontraba comprometida con un oficial fascista y, tras varios encuentros inesperados, la enamora locamente, y tienen un hijo llamado Giosué , la felicidad dura hasta que el hijo cumple cinco año y, un día son detenidos y trasportados en un tren al campo de concentración, aunque Dora no es arrestada, hace mandar que se detenga el tren para subir a el, pasando todos los sufrimientos que llevaba consigo, estar en el campo de exterminio naci. Guido trata de conseguir que su pequeño Gisué, se crea que lo que allí pasaba era un juego para conseguir un tanque, juguete que era lo que mas preciaba, y ante la brutalidad y crueldad, que se respiraba en el campo de exterminio, cuando su padre volvía al barracón de realizar trabajos forzados, le decía a su pequeño que se encontraba escondido, para no ser visto por los guardias, los puntos conseguidos en cada momento, hasta llegar a mil, los necesarios para lograr el juguete soñado. Lo importante era hacerle creer a Giosué la felicidad de la vida, lo bella que es vivirla, aunque su padre tuvo la desgracia de ser visto por un soldado, cuando buscaba a Dora, siendo tiroteado en un rincón del campo.
Finalizada la guerra, y habiendo huido todos los judíos, el campo se encontraba en silencio y vacio, saliendo Giosué del escondrijo donde su padre lo había escondido y, queda sorprendido al ver un tanque de verdad, donde se sube a bordo, con el soldado estaunidense; recordando el premio que su padre le había prometido, finalmente se encuentra con su madre, cuando iba a bordo del tanque.
Es muy bonita, da un mensaje de amor familiar, a pesar de los horrores y barbarie que se vive en el campo de exterminio naci, nos hace reflexionar en la alegría, en el cariño a la esposa, al hijo, en definitiva “LA VIDA ES BELLA”